Nombre: Gonzalo, a 363 km de casa.
Ocupación: Comunicador.
País de residencia: Nicaragua.
País de origen: El Salvador.

“La primera vez que migré tenía como un año. Mi madre me llevó a Colombia cuando aún era un bebé. A los 12 años regresé a El Salvador y a los 25 me fui de nuevo”.

Gonzalo es un líder juvenil, comprometido con el trabajo social y comunicador de profesión. Nació en El Salvador, pero su infancia la vivió en Colombia, regresó a su país natal, donde completó sus estudios y comenzó a trabajar en una organización de la sociedad civil como activista por los derechos humanos.

“Mi niñez en Colombia fue la de un niño común, tenía mis grupos de amigos, hacia deportes y estaba bajo el calor de mi familia materna, la cual trato de visitar cada vez que me es posible. Cuando regresé a El Salvador fue difícil, aunque había nacido aquí, mis costumbres, el acento y las palabras que usaba eran colombianas, entonces mis compañeros se burlaban de mi por ser diferente. Con los años me adapté, la situación mejoró, logré terminar la universidad y a la par trabajar con grupos de jóvenes víctimas de la violencia y otros problemas sociales.” Dice Gonzalo.

Él considera que parte del impulso que lo llevó a ser un activista fue esa discriminación que sufrió por ser un migrante. “Con el tiempo me he dado cuenta que las personas le temen a lo diferente y que no hay una clase o una materia que nos enseñe como manejar ese temor y entonces nos guiamos por el discurso más difundido, que muchas veces suele ser erróneo, y terminamos odiando y ejerciendo violencia sobre otras personas.” Señala.

“Es posible que, ese vínculo entre ser migrante y las voces que invitan a las personas a burlarse, a juzgar o a señalar la diversidad como algo malo, me llevara, de forma inconsciente, a querer ser comunicador. Para mi comunicar, desde un medio de comunicación o desde una institución que vela por los derechos humanos, es una responsabilidad y un compromiso. Tenemos la oportunidad de ser, también, una voz, pero que invita a incluir, a respetar y a tolerar a las demás personas.” Apunta Gonzalo.

Desde hace 1 año Gonzalo vive en Nicaragua. Volvió a migrar, pero esta vez la decisión la tomó él. “Mejores oportunidades de trabajo”, dice y agrega: “también fue una cuestión de sentimientos, mi pareja es nicaragüense. Un día decidimos estar juntos y pasó por definir en qué país vivir, yo me ofrecí de voluntario para migrar, después de todo, he sido un migrante toda mi vida.” Finaliza.

SDG 8 - TRABAJO DECENTE Y CRECIMIENTO ECONÓMICO
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES