Cuando Miguel Quiroga llegó a Honduras en agosto de 2023, el cansancio del largo y arduo viaje era evidente en su rostro. 

"Crucé la selva del Darién fue realmente difícil", dijo el joven venezolano. Emigró de Venezuela para apoyar económicamente a su familia y mejorar su vida, pero la dureza del viaje, que incluyó un barco volcado, lo dejó exhausto, discriminado y estafado. 

Después de este desafiante viaje, su llegada a Honduras trajo un poco de alivio: encontró un lugar seguro para descansar, acceso a higiene y comida, y al menos durante cinco días se le permitió permanecer en el país sin temor a tener que pagar tarifas o persecución. 

Desde diciembre de 2022, el Gobierno de Honduras comenzó a eximir de tasas a las personas migrantes que cruzaban irregularmente hacia Honduras. Originalmente, se requería una sanción administrativa equivalente a unos $240 USD para obtener el permiso especial que permitía a los migrantes transitar por el país. Este nuevo proceso, conocido popularmente como "amnistía migratoria", permiten efectivamente que las personas migrantes como Miguel tengan un margen de cinco días para salir del territorio hondureño, mientras también evitan una carga financiera adicional. 

Miguel llegó al Centro de Atención a Migrantes Irregulares, conocido comúnmente como CAMI, ubicado en el municipio de Danlí, en el este de Honduras. Establecidos por el Instituto Nacional de Migración (INM), la autoridad migratoria del país, los CAMI son el primer punto de contacto para los migrantes que ingresan a Honduras y brindan apoyo humanitario y servicios de referencia para migrantes en situaciones vulnerables o que buscan asistencia legal. 

"Todos las personas migrantes deben tener garantizado un trato digno basado en los derechos humanos, independientemente de su estatus migratorio." 

Nicola Graviano, Jefe de Misión, OIM El Salvador y Honduras 

La historia de Miguel no difiere mucho de la más de 540,000 migrantes que ingresaron a Honduras en 2023 en tránsito hacia el norte del continente. Esto representó casi el triple del número de llegadas en 2022, cuando alrededor de 188,000 personas pasaron por el país. Si bien Miguel pudo encontrar ayuda en Honduras, el rápido aumento en el número de llegadas ha puesto a prueba la capacidad de respuesta del gobierno para ayudar a quienes lo necesitan, y aún existen desafíos para garantizar que todas y todos puedan recibir asistencia de manera oportuna. 

En respuesta a los desafíos enfrentados por migrantes como Miguel, y ante el creciente número de migrantes que llegan a Honduras, el proyecto del Fondo de Desarrollo de la OIM, "Fortalecimiento de la Capacidad del Gobierno de Honduras para Mejorar la Gestión y Situación de los Migrantes Irregulares en su Frontera Sur", trabajó en estrecha colaboración con el INM para llevar a cabo una serie de iniciativas destinadas a fortalecer las capacidades institucionales, especialmente en lo que respecta a la prestación de servicios a migrantes en situaciones de vulnerabilidad.  

A través de este proyecto, la OIM colaboró con el INM para desarrollar el Manual de Atención Diferenciada a Migrantes, incorporando un enfoque de género para estandarizar los procesos de asistencia y referencia, y definir rutas de asistencia para migrantes que necesitan servicios humanitarios y de protección. 

El manual proporciona pasos claros para que el personal del INM brinde apoyo a migrantes, especialmente aquellas personas en situaciones vulnerables, incluidas las situaciones de tráfico ilícito de migrantes o solicitantes de asilo. Se llevaron a cabo entrevistas con el personal del INM, organizaciones de la sociedad civil y actores gubernamentales clave para identificar las situaciones más comunes y críticas.  

Una vez finalizado, más de 100 funcionarios y funcionarias del INM, la Policía Fronteriza y otras instituciones gubernamentales hondureñas se beneficiaron de una capacitación basada en las mejores prácticas incluidas en el manual, fortaleciendo sus capacidades para proteger a las y los migrantes en situación de vulnerabilidad. Los procesos delineados proporcionan un punto de referencia importante en Honduras para brindar protección, y se tienen planes para replicar este proceso en otros CAMI. 

"Esta iniciativa ha fortalecido el conocimiento del personal y les ha permitido adquirir nuevas herramientas sobre derechos humanos y gestión migratoria para brindar información confiable y atención que todas las personas migrantes que ingresan al país merecen." 

Joseana Martínez, Oficial de Derechos Humanos y Servicios para Migrantes, Instituto Nacional de Migración (INM). 

Además, el proyecto proporcionó un apoyo crítico en infraestructura, mediante la instalación de equipos informáticos, mobiliario e iluminación en el CAMI-Danlí. Estos elementos fortalecieron las capacidades del centro para brindar atención digna a migrantes. "Esto nos ha permitido reducir los tiempos de espera, instalar áreas recreativas para niños y garantizar la accesibilidad universal para facilitar la movilidad de las personas con discapacidad", agrega Joseana. 

Estos matices pueden parecer menores, sin embargo, la atención personalizada y la sonrisa de una actitud acogedora pueden mejorar significativamente la experiencia migratoria.

"La solidaridad que encontramos en Honduras tiene un efecto positivo en cómo nos sentimos y supone un gran cambio. Cada persona es diferente, y todos vivimos en situaciones diversas, pero todos merecen ser tratados con dignidad", dijo Miguel. 

SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES