Nombre: Carlos, a 2.313 km de casa.
País de residencia: México.
País de origen: El Salvador.

Carlos Montenegro es un cirujano plástico salvadoreño que decidió migrar a Guadalajara, México con “mucho optimismo”. “Cuando llegué, pensé que esta era una ciudad muy bonita pero también sentí un miedo un poco raro, el tipo que sentís cuando algo es nuevo”.

“También tenía miedo que alguna gente me viera raro por ser diferente. Pensé ‘Aquí estoy para empezar una nueva fase de mi vida´. Pero también, en ese momento, me dieron ganas de subirme al avión y regresar a El Salvador. Pero quería absorber la mayor cantidad de conocimiento posible para así regresar y poder aplicarlo allá, por eso me quedé”.

“Llegué solo con mi ropa y mis deseos de crecer. Al inicio, tuve ayuda de algunas amistades cercanas de la familia quienes me han apoyado desde que vine. Ellos me permitieron quedarme en su casa hasta que me familiarizara con la ciudad”, cuenta Carlos.

Cuando él recuerda a El Salvador, dice que extraña “mi familia y las distancias. Aquí, todo queda bien lejos, no como en El Salvador. También extraño a mis amistades, ir a la playa los viernes para cenar allá y regresar a medianoche bajo las estrellas”.

Carlos describe su proceso de migración como “una nueva fase de mi vida en la que, creo, todo el esfuerzo que le ponga regresará como ganancia en el futuro. Mi familia está feliz de verme crecer, pero también triste porque no estoy con ellos. Ellos saben que quiero obtener más experiencia profesional. Este viaje ha significado, también, autoconocimiento y al mismo tiempo tener bastante optimismo”.

SDG 8 - TRABAJO DECENTE Y CRECIMIENTO ECONÓMICO