Nombre: Tatyana, a 3.050 km de casa.
Ocupación: Estudiante.
País de residencia: Estados Unidos.
País de origen: El Salvador.

Hay vínculos que nunca se pierden. Para mí, el hogar está dividido, una parte está en El Salvador y la otra aquí en Estados Unidos. Mis hijos están conmigo, pero el resto de mi familia se quedó allá. Extraño a mis amistades, el calor y la alegría de mi gente.

Vine aquí hace 11 años, mi mamá era ciudadana estadounidense y después de varios años de trámites a mi hermano y a mí nos dieron la residencia. Al principio sentía una mezcla de tristeza y felicidad, por un lado estaba contenta de saber que me reuniría con mis padres, pero me daba miedo no saber el tipo de personas con las que me encontraría en este país, no saber el lenguaje y sobre todo dejar atrás a mis primas y a mi abuela.

Con los años considero que me he integrado muy bien, este país está lleno de personas migrantes y por lo mismo hay una enorme riqueza cultural. Para mí, la cultura de Estados Unidos la hacen las personas que vienen de todos los países del mundo, por lo que uno nunca termina de considerarse completamente extraño.

A pesar de eso, la gente acá es bien solitaria, nadie conoce a nadie. ¡Pueden pasar años y no saber el nombre del vecino! Aquí cada quien está en su mundo. Eso también lo extraño de mi país, la familiaridad con la que las personas conviven.

Actualmente estoy estudiando para ingresar en la escuela de leyes y ser abogada. Quiero trabajar por la gente que lo necesita, principalmente las personas que vienen a Estados Unidos sin documentos y que son discriminadas y que sufren todo tipo de abusos. ¡Ayudarlas a defender sus derechos!

Tengo dos hijos que han nacido acá y quiero enseñarles a ser justos, a tratar a todas las personas con igualdad y que ellos puedan enseñarles a sus amigos y amigas que la razón por la que este país es grande es porque hay espacio para las ideas y los sueños de todas partes.

Espero poder volver pronto a mi país, reunir a mis amistades, ir a la playa, sentir que he vuelto a casa.

SDG 8 - TRABAJO DECENTE Y CRECIMIENTO ECONÓMICO