"Hubiera sido más difícil sobrevivir a una enfermedad crónica en mi país de origen". La historia de Enrique Monzón.

Nombre: Enrique Monzón, a 3.525 km de casa.
Ocupación: Retirado.
País de residencia: Estados Unidos.
País de origen: Guatemala.

Tengo 33 años de estar viviendo en Estados Unidos. Tenía trabajo en mi país, pero en aquel entonces no era suficiente ni para comparar una bicicleta, mucho menos para comprar un carro o una casa que era lo más importante para mí en ese momento.

En Estados Unidos logré todo eso y también me alcanzaba para ayudar a mis parientes que aún viven en la Ciudad de Guatemala. Sostengo contacto con ellos y cada vez que puedo les visito. Esto era particularmente difícil antes pues era uno de los tantos indocumentados en esta ciudad, sin embargo con la asesoría correcta logré la residencia y posteriormente la ciudadanía.

Tuve una complicación de salud muy crítica y el proceso de ciudadanía fue mucho más expedito. Cuando son casos especiales, las autoridades brindan ciertos beneficios y es una de las desventajas de quedarse en Guatemala. Hubiera sido más difícil sobrevivir a una enfermedad crónica en mi país de origen.

No todo fue de esa manera cuando llegué a California. Encontrar trabajo fue un tanto dificultoso ya que en los ochenta la población hispanohablante era reducida y en la mayoría de empresas requerían el inglés; yo no lo hablaba. El corazón se me quiebra cada vez que recuerdo las situaciones por las que tuve que pasar para encontrar trabajo.

Creo que si las autoridades me hubieran agarrado en el camino, en aquel entonces, me regreso a Guatemala. Era un momento en el que podíamos encontrar seguridad en el camino y gente solidaria con la cual contar para que a uno no le hiciera falta nada. Hoy en día son muchos los peligros y cada vez aumenta la desconfianza.

Considero que las oportunidades laborales tienen características parecidas a las de hace 30 años. En ciudad, quien trabaja logra sacar a sus familias adelante. Para las mujeres la situación se torna un tanto difícil, pues una buena parte de los puestos de trabajo son muy pesados y las empresas prefieren dárselos a los hombres.