Nombre: Miriam, a 218 km de casa.
Ocupación: Productora y directora de arte.
País de residencia: Honduras.
País de origen: El Salvador.

Miriam es productora y directora de arte en una empresa que ella misma fundó. El deseo de abrirse espacio en nuevos mercados y la búsqueda de mejores oportunidades laborales para su vida, la impulsaron a viajar durante dos meses entre los países que forman el Triángulo Norte de Centroamérica y finalmente a establecerse en la ciudad de San Pedro Sula, Honduras.

“Llegué a San Pedro en el 2013, cuando se escuchaba por todos lados que esta era la ciudad más peligrosa del mundo. Sin embargo, a mí me pareció una ciudad ordenada, con poco tráfico y, sobre todo, con una industria audiovisual poco desarrollada que resultó ser ideal para nosotros como empresa”, comenta Miriam.

No obstante, iniciar un emprendimiento no es tarea fácil, como ella misma lo señala: “lo primero es, asumir el reto de ir y abrirte un mercado; segundo, formar un buen equipo de trabajo con gente local, no extranjeros, para demostrar que en Honduras se pueden hacer las cosas bien; y tercero, que las agencias de publicidad te reconozcan como una productora formal y entiendan lo que hacemos. Era ir y explicarle a cada posible cliente quienes somos y cómo lo hacemos y replantear por completo la forma en la que ellos estaban acostumbrados a trabajar.”

El otro gran desafío para Miriam, como persona migrante, fue tener que separase de su familia y, especialmente, de su hijo de 3 años. “En ese entonces, él estaba muy pequeño y yo no sabía cómo sería la vida en Honduras. No lo podía traer tan fácilmente”, expresa.

“El primer comercial que filmé en Honduras fue con niños y estaba un chico componiendo la canción del comercial en el piano. Mientras él tocaba, yo pensaba en mi hijo y comencé a llorar y a llorar, hasta que terminó la grabación. Entonces, se me acercó el equipo y me abrazó y me dijeron que era una mujer muy fuerte. Al final, compré ese piano y lo tengo en mi casa en El Salvador, porque para mí representa muchas cosas”, recuerda Miriam.

Con el paso de los años, Miriam ha contribuido con la industria del cine publicitario en el país de acogida, al grado de haber formado equipo humano que ahora es capaz de trabajar con directores y productores nacionales y extranjeros, con profesionalismo. “En Honduras mi aporte ha sido que se entienda cuál es el rigor de la producción audiovisual para cine publicitario. Introducir un lenguaje audiovisual y estético dónde no lo había. Crear una industria de cine publicitario”, finaliza.

SDG 8 - TRABAJO DECENTE Y CRECIMIENTO ECONÓMICO